Renuncia de Díaz
El día 25 de mayo, Porfirio Díaz se presentó en la Cámara de Diputados para
entregar su renuncia ante el pleno, mediante un documento en el que
declaraba:
A los CC. Secretarios de la H. Cámara
de Diputados.
Presente...
El Pueblo mexicano, ese pueblo que tan generosamente
me ha colmado de honores, que me proclamó su caudillo durante la guerra de
Intervención, que me secundó patrióticamente en todas las obras emprendidas para
impulsar la industria y el comercio de la República, ese pueblo, señores
diputados, se ha insurreccionado en bandas milenarias armadas, manifestando que
mi presencia en el ejercicio del Supremo Poder Ejecutivo, es causa de su
insurrección.
- No conozco hecho alguno imputable a mí que motivara ese fenómeno social; pero permitiendo, sin conceder, que pueda ser culpable inconsciente, esa posibilidad hace de mi persona la menos apropósito para raciocinar y decir sobre mi propia culpabilidad.
En tal concepto, respetando, como siempre he respetado la voluntad del pueblo, y de conformidad con el artículo 82 de la Constitución Federal (v)engo ante la Suprema Representación de la Nación a dimitir sin reserva el encargo de Presidente Constitucional de la República, con que me honró el pueblo nacional; y lo hago con tanta más razón, cuando que para retenerlo sería necesario seguir derramando sangre mexicana, abatiendo el crédito de la Nación, derrochando sus riquezas, segando sus fuentes y exponiendo su política a conflictos internacionales.
Espero, señores diputados, que calmadas las pasiones
que acompañan a toda revolución, un estudio más concienzudo y comprobado haga
surgir en la conciencia nacional, un juicio correcto que me permita morir,
llevando en el fondo de mi alma una justa correspondencia de la estimación que
en toda mi vida he consagrado y consagraré á mis compatriotas. Con todo respeto
México, Mayo 25 de 1911.
(Rúbrica)
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